Las Universidades públicas andaluzas se enfrentan a escenarios de cambio sin precedentes. Circunstancias imposibles de prever y la necesidad de adaptar todos los segmentos de la sociedad a un nuevo orden de funcionamiento instan a los responsables de las instituciones públicas a ofrecer alternativas, caminos diferentes para pasos nuevos que todos hemos de dar en la misma dirección.  

La Universidad de Cádiz ya asumió una filosofía diferenciada cuando empezó a implicarse de manera responsable y decidida en la elaboración de los Planes Estratégicos. El primero de ellos, con vigencia desde el año 2005 hasta el 2010, basaba su desarrollo en una comprensión global de los procesos de cambio que por aquel entonces abordaban las instituciones educativas. La génesis del Espacio Europeo de Educación Superior auguraba nuevos escenarios en los que los modelos de aprendizaje y la investigación universitaria habrían de encontrar un lugar propio. La Universidad como institución debía posicionarse con respecto a las nuevas demandas de una sociedad a la que, además, endeudaba una rendición de cuentas no contemplada en los esquemas de funcionamiento tradicionales. La Universidad de Cádiz se enfrentó a estos retos y a otros no menos importantes con un primer Plan Estratégico que facilitó una transición ordenada hacia las nuevas titulaciones universitarias gestadas a partir del RD 1393/2007. Tomando la implantación de las “nuevas tecnologías de la información” como instrumento de trabajo y decidida a participar de manera activa en el desarrollo de su entorno inmediato, la UCA supo dar cumplida respuesta a las exigencias del momento en el que su primer Plan Estratégico vio la luz.

El camino de la evolución de la Universidad había comenzado. La caducidad de los planes estratégicos, necesaria para la regeneración del funcionamiento y de los objetivos de las instituciones, propició la elaboración del segundo Plan en la UCA. Respondiendo a un acuerdo del Consejo Andaluz de Universidades de diciembre de 2013, la Universidad de Cádiz acometió la necesidad de dar continuidad a los esfuerzos de modernización y de adaptación que la sociedad demandaba, urgida por una crisis económica mundial que no contemplaba esperas. Una vez más, se hacía necesario acompasar la evolución de las instituciones con el nuevo escenario. El esfuerzo y el trabajo de todos los grupos internos de interés propiciaron la puesta en marcha del II Plan Estratégico de la UCA en el año 2014. Prolongado hasta el año 2020, con el segundo Plan la Universidad afianzó la continuidad de su empeño en combinar su vocación de servicio con el desarrollo eficaz de la enseñanza y la investigación como piedras angulares de su devenir.

De nuevo, la historia se repite. Entendemos el cambio como motor para la evolución de la sociedad y para la mejora general de las instituciones. Los cambios son necesarios, y cada cierto tiempo animan al pensamiento a acompasarse con la vertiginosa deriva de un mundo en el que las personas se convierten en presa fácil de momentos casi sin espacio para la reflexión. Los cambios han vuelto a entrar en escena. El estudio del Sistema Universitario Público Andaluz presentado en 2020 por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) no deja lugar para la especulación. Las circunstancias actuales están presididas por una total incertidumbre y a todos se nos piden ductilidad y paciencia en dosis similares. En este marco general, acometemos la formulación del Peuca₃.

Planificaremos nuestra actividad desde el reconocimiento de lo acontecido en el pasado pero con la firme convicción de que la Universidad está llamada a funcionar como instrumento facilitador de un desarrollo nuevo, con objetivos ambiciosos pero adaptados a exigencias que deben ser atendidas. Es nuestro deber recuperar la confianza tanto externa como interna. La certeza de que el nuevo Plan deberá articular la Universidad del futuro nos ayudará a construirlo atendiendo a todas las sensibilidades, ofreciendo alternativas que generen ilusión. Utilizaremos de nuevo el modelo del DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) como guía para el desarrollo de la nueva hoja de ruta de nuestra institución. Trataremos de eliminar todo aquello que responda a una visión a corto plazo, generando así un cambio sustancial en nuestra cultura organizativa. El Peuca₃ está en marcha. Entre todos, seguiremos construyendo Universidad.

Delegación del Rector para el Desarrollo Estratégico